viernes, 12 de diciembre de 2008

Amsterdam es la capital oficial de los Países Bajos. La ciudad está situada entre la bahía del IJ al norte y a las orillas del río Amstel al sureste. Fue fundada en el siglo XII como un pequeño pueblo pesquero. Sin embargo, en la actualidad es la ciudad más grande del país, y un gran centro financiero y cultural a un nivel internacional.
Tiene una población de unos 750.000 habitantes, y en su área metropolitana residen aproximadamente 1,5 millones. Cabe destacar que Ámsterdam forma parte de la gran conurbación holandesa, llamada Randstad (junto con las ciudades de La Haya y Róterdam), que cuenta con más de 6,5 millones de habitantes. Este núcleo es una de las conurbanizaciones más grandes de Europa.
El centro histórico de la ciudad fue construido en gran parte en el siglo XVII, y es hoy en día uno de los centros históricos más grandes de Europa. En aquella época se construyeron una serie de canales semicirculares alrededor del casco antiguo ya existente de la ciudad. Después se edificaron las nuevas calles que ahora habían sido creadas con casas y almacenes en un estilo típico holandés que es una de las imágenes más famosas de Ámsterdam y del país. Es conocida coloquialmente como la «Venecia del norte».
Aunque durante casi toda su historia (excepto entre 1808–1810) haya sido la capital oficial de Holanda, nunca ha sido la sede de la justicia, el gobierno o el parlamento holandés, ya que todos estos órganos se encuentran en la ciudad de La Haya, que por tanto es la principal ciudad del país con respecto a política y justicia. Ámsterdam tampoco es la capital de la provincia de Holanda Septentrional, que siempre ha sido Haarlem.
Ámsterdam, y toda Holanda, tiene fama por la tolerancia, el liberalismo, la diversidad, y la «mente abierta» de su población (aunque actualmente estas virtudes estén en entredicho). La ciudad tiene un clima moderado, bajo fuerte influencia del Océano Atlántico al oeste y los vientos que proviene de él. Los inviernos suelen ser fríos, pero no extremos, aunque temperaturas bajo cero son muy frecuentes. Suele nevar dos o tres días al año. Los veranos son calurosos con temperaturas alrededor de los 25 grados Celsius, pero tampoco extremos, salvo alguna ola de calor. Lo que sucede es que se trata de un clima extremadamente húmedo por lo que 25 grados pueden resultar muy agobiantes.
Aunque la ciudad sufre muchos días lluviosos, no recibe más de 760 mm de precipitaciones al año y casi siempre se trata de chubascos muy moderados. Esto es porque el tiempo es muy inestable y en un mismo día se pueden dar todas las posibilidades: sol, lluvia, nubes, granizo, etc.

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